La maldidion gitana

Hoy como al parecer no estoy inspirado completamente para programar les platicare un poco de "La maldición gitana". Si eres ingeniero en computación (egresado de la UABC, campus Mexicali), o estas estudiando la carrera (en la misma escuela) seguramente ya te has topado con la frase, eres victima de la "la maldición gitana". Cada vez que uno de tus programas, circuitos y demás cosillas de la carrera no te funcionan, aunque tu estés terco de que tu diseño, lógica y sintaxis son perfectos, nunca lograras que hagan lo que quieres. Pero ¿Quién propago dicha maldición? se preguntaran ustedes, ni mas ni menos que Cecilia Curlango

Rosas, si has llevado clases con ella, lamento informarte que estas maldito.

Maestros de la facultad afirman que esa maldición es total y completamente cierta, ellos al igual que muchos de mis compañeros (incluyéndome) hemos sido victimas de tal maldición y que por lo regular el conjuro es mas fuerte en el Laboratorio 'A' (fuentes aun no confirmadas), sera acaso que la amante de los pingüinos embrujo dicho laboratorio para absorber el sufrimiento de los alumnos y así volverse aun mas poderosa? Tal vez nunca lo sabremos, lo que si sabemos es que no solo aplica en la escuela, también aplica en el mundo exterior, "La maldición gitana" es tan poderosa que puede traspasar el limite del terreno universitario y darte una patada en el trasero cuando menos lo esperas (o en mi caso una mano demasiado hinchada para programar agusto XD).

Y solo para que se cuiden aquí les dejo una foto de ella, el rostro de la maldad, y por ultimo, lo mas importante que debes de saber de esta maldición, no es para siempre, pero solo hay 2 formas de contrarrestarla,

1. Pasar ProLog (Programación Lógica) no importa si es a la 1ra, 2da o hasta la 3ra oportunidad, con tener mas de 59 en el kardex tu seguridad esta asegurada (claro tiene que ser en Mexicali).
2. Y las mas humillante y peor decisión, date de baja de la carrera, y no voltees hacia atrás; "La maldición gitana" no te seguirá, excluye a los cobardes, pero siempre sabrán que perdieron contra las palabras de una maestra.